Primera historieta de 13 Rue del Percebe, 1961
Aprendí pronto, más que por mi avidez por la maestría de la monja. A los cinco años ya sabía leer perfectamente y casi también escribir.
Entonces mi padre, ávido lector, comenzó a traerme los sábados a medio día cuando venía a casa a almorzar, un TBO que acababa de lanzar la editorial Bruguera. El TioVivo, que de inmediato hizo mis delicias y contribuyó, ya a mi corta edad, a apreciar el humor y la sátira.
La última página de este TBO siempre eran las historietas que contaban lo más real y cotidiano de un bloque de pisos y de sus moradores: 13 Rue del Percebe. No hay otras historietas igual para mí.
Incluso me atrevería a decir que sus historias me ayudaron a comprender la realidad de la vida camuflada entre absurdas y cómicas situaciones.
Seguramente muchos compartan mis recuerdos y mi sentir.
La Portada
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